La historia terminó en 1990. Asolado por feroces conflictos, el viejo orden mundial colapsó dando paso a una tierra sin ley donde los más aptos se imponen con un solo objetivo: Sobrevivir para ver otro día.
Nuke es fruto de ese legado, creciendo entre los restos de un Santiago que veinticinco años después se reduce a un triste cascarón que en poco recuerda a la vieja metrópoli. Entre torres marchitas y avenidas rotas, indaga los secretos de una era sepultada que unos pocos buscas reanimar, alzándose como dueño de un futuro muerto que – paradójicamente – pronto deberá proteger con su vida.